Deuteronomio 7.7-9
Cada año vemos cómo el verano se convierte en otoño, que luego da paso al invierno. Y aunque el momento en que eso ocurre es menos predecible, nuestras vidas también pasan por estaciones diferentes. Algunos meses rebosan de alegría, mientras que otros son una carga de dificultades. Pero una cosa que permanece igual en todo momento es la fidelidad de Dios.
En su primera carta a los Corintios, Pablo dice: “Fiel es Dios, por el cual fuisteis llamados a la comunión con su Hijo Jesucristo nuestro Señor” (1 Co 1.9). El Señor siempre hace lo que dice que hará. Él cumple sus promesas y estará con usted en todo tiempo (He 13.5). Eso significa que no importa cuán oscuras, deprimentes o desesperanzadoras parezcan sus circunstancias, o cuán buenas sean, estas tres cosas son verdaderas:
Recuerde esto: Usted cambiará y las estaciones también, pero Dios siempre es el mismo. Él nunca le fallará ni le olvidará; Él está con usted siempre. ¡Su fidelidad es grande!